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Energetica184marzo2019

EÓLICA Eólica en Canarias, coordinación y flexibilidad Uno de los objetivos de la Asociación Eólica Canaria (AEOLICAN) desde su creación en 2009 fue recalcar las bondades y beneficios que la energía eólica aportaba a los sistemas eléctricos insulares. Y es que, en Canarias, aparte de muchas otras ventajas añadidas, la energía eólica siempre fue más barata que la energía convencional, que dada la insularidad solo son combustibles fósiles. RAFAEL MARTELL PRESIDENTE DE AEOLICAN (ASOCIACIÓN EÓLICA CANARIA) Por aquel entonces la eólica era retribuida según el RD661, mientras que los costes de despacho (en Canarias no hay mercado) de los grupos térmicos rondaban los 200��/MWh, según los datos publicados periódicamente por REE. Esta realidad era desconocida por muchos, e incluso fue cuestionada, entonces, desde el propio Ministerio. No fue fácil hacer llegar el mensaje, en plena crisis y con un déficit de tarifa galopante. El Ministerio estaba obsesionado con reducir el déficit de tarifa aplicando recortes en todas las actividades relacionadas con la energía eléctrica. Tras no pocos esfuerzos, la realidad que es muy tozuda, se terminó imponiendo. El Ministerio impulsó la eólica en Canarias, primero con un cupo y ahora con una subasta, con el objetivo principal de reducir los sobre costes de los sistemas eléctricos no peninsulares. Una subasta específica para Canarias Nadie podía imaginar lo tremendamente cambiante que la política nacional se iba a convertir en los siguientes años, y es que el consejero de Industria del Gobierno de Canarias se ha tenido que coordinar con dos ministerios, con tres ministros y un sinfín de cargos públicos cambiantes, tanto de titulares de cargos públicos como de la propia estructura del Gobierno central. Y es esta coordinación, no siempre fácil y llena de incertidumbres, la que ha propiciado el éxito del cupo, siendo Canarias la región española donde más energía eólica se ha instalado los últimos años, y ahora la ilusionante convocatoria de una subasta específica para Canarias. Una buena coordinación, capaz de superar los diferentes sesgos políticos, y que afronte el objetivo de reducir los costes de generación eléctrica en las islas. Ahora el paradigma ha cambiado, hemos pasado de un 7% de penetración de energía renovable en las islas a casi un 20%, y con el claro objetivo de todos de aumentar ese porcentaje lo antes posible. Ya nadie cuestiona la reducción de costes de generación que la eólica genera en Canarias. Pero los cambios que la combinación renovable, autoconsumo y coche eléctrico están forzando en las islas van mucho más allá, y tendremos que replantearnos todo lo que tiene que ver con energía eléctrica en las islas. Para conseguir una alta tasa de penetración renovables en territorios pequeños y aislados es muy necesario que el propio sistema eléctrico sea flexible, capaz de integrar mucha energía renovable y a la vez garantizar la seguridad del suministro, un reto al que no nos habíamos enfrentado. El replanteamiento del futuro de los sistemas eléctricos canarios afecta a todos los ámbitos, desde replantearse los propios procedimientos de operación de REE en Canarias hasta la estructura y concepto del sistema de despacho para energías fósiles y, sin embargo, la retribución a mercado (peninsular) de la energía renovable generada en Canarias. También habrá que replantearse la participación de la energía eólica canaria en los servicios de ajuste del mercado, la retribución de las restricciones técnicas que ya suceden en Canarias y hasta la operativa (RD738) de las comercializadoras implantadas en las islas, fomentando el consumo en periodos valle como una herramienta útil para reducir los costes de la rigidez de los sistemas eléctricos insulares. Debemos plantearnos interconexiones entre islas. También se necesitarán baterías y almacenamientos en todas las islas, y hasta, fíjense lo profundo de los cambios, plantearse la modificación e incluso sustitución de grupos térmicos (aunque no hayan agotado su vida útil), en aras de una mayor flexibilidad. Los costes de todas estas actuaciones tienen que ser razonables y, por supuesto, deben soportar una comparativa económica y medioambiental frente a cualesquiera otras alternativas que permitan la implantación de más energía renovable en las islas. El reto es grande y necesario. La obligación es afrontarlo �� 34 energética XXI · 184 · MAR19


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