El mar es una fuente inagotable de energía y otros recursos, pero acceder a estos en un entorno tan complejo como el medio marino, supone un gran reto para las empresas. Desde 2018, las empresas vascas han utilizado un laboratorio único en Europa para ensayar materiales y soluciones en un entorno offshore real, desarrollado por el centro de investigación y desarrollo tecnológico Tecnalia con el apoyo del Clúster de Energía del País Vasco, y la ayuda del Gobierno Vasco. Este laboratorio se bautizó como HarshLab y se ubica en BiMEP, Biscay Marine Energy Platform (Armintza), a 1,6 millas de la costa.
A fin de dar respuesta a las necesidades de la industria offshore y mejorar su competitividad, el centro de investigación y desarrollo tecnológico ha desarrollado un nuevo laboratorio de mayor tamaño y con mejores prestaciones y capacidades para acometer nuevos ensayos y actividades de I+D. Permitirá, por ejemplo, ensayar equipos en funcionamiento a bordo y bajar muestras al fondo marino.
Un laboratorio para impulsar la industria offshore
El lanzamiento del primer HarshLab en 2018 supuso un avance definitivo para la industria offshore en Europa y desde entonces, ha dado servicio a más de 20 empresas ensayándose más de 500 probetas y muestras relacionadas con nuevos materiales y soluciones contra la corrosión, el envejecimiento o el fouling en el medio marino.
Al igual que su predecesor, esta nueva versión, que se fue fondeado el pasado 24 de junio y se encuentra ya totalmente operativo, permite realizar ensayos y pruebas de nuevos materiales y desarrollos destinados a la industria offshore, en un entorno real y en condiciones controladas. Como novedades contará con conexión a la red eléctrica y de comunicaciones gracias a un cable dinámico que le conectará con la red submarina de BiMEP en 2023, lo que permitirá ensayar equipos en funcionamiento, la recogida de datos y su posterior análisis, así como facilitar el manejo de cargas a través de la grúa hidráulica de la cubierta principal.
El nuevo laboratorio tiene unas dimensiones de 8,5 metros de diámetro por 7 metros de altura y una superficie útil en cubierta de 120m2, lo que le da una mayor capacidad de ensayo. Por otro lado, gracias a las características renovadas de esta nueva versión del laboratorio, cuenta con la capacidad de realizar también ensayos de elementos de fondeo, conectores de cables submarinos, o en el propio fondo marino, hasta 65 metros de profundidad.
Otros equipamientos singulares disponibles consisten en: dos huecos libres en el fondo para ensayar conectores, risers y umbilicales; un módem submarino para comunicar elementos sumergidos con la superficie; una estación meteorológica propia; y un ROV (Remotely Operated Vehicle) submarino para realizar inspecciones de forma remota.
En definitiva, este laboratorio permite evaluar qué ocurre a los materiales, componentes y equipos cuando están sumergidos, en la zona atmosférica (por encima del agua), en lo que se conoce como la zona de splash (donde rompe la ola), en inmersión y en el fondo marino. Esta información permite contrastar los resultados obtenidos mediante ensayos de envejecimiento acelerado en laboratorio, ya que los resultados no siempre son extrapolables a lo que sucede realmente cuando están en el mar. De esta forma, las empresas pueden predecir de modo fiable cómo van a comportarse los distintos sistemas a utilizar en un entorno marino, para la investigación y desarrollo de nuevas soluciones y tecnologías destinadas a la industria offshore, lo que repercute en su seguridad y alarga su ciclo de vida.
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