CIC energiGUNE, centro de investigación vasco referente en almacenamiento de energía electroquímica y térmica, y miembro de Basque Research & Technology Alliance-BRTA, coordinará un proyecto europeo FET-PROACTIVE que aspira a recuperar el calor ambiental y las vibraciones generadas por los sistemas para transformarlos en electricidad útil. El proyecto, denominado ELECTRO-INTRUSION y financiado íntegramente por la U.E. a través del programa Horizon 2020, tiene un presupuesto de 3,6 millones de euros y un plazo de desarrollo de 4 años.
“El objetivo de esta propuesta es obtener la tecnología y las herramientas adecuadas para que seamos capaces de recuperar la energía generada por las vibraciones de los automóviles, los trenes o, incluso, las lavadoras de nuestras casas, y transformarla en electricidad”, ha manifestado Elena Palomo, directora científica del área de almacenamiento térmico de CIC energiGUNE. “Según las estimaciones de la propia UE, si conseguimos aplicar esta tecnología en el sector del automóvil, podríamos reducir el consumo de electricidad hasta en un 4% para el año 2050”.
De esta manera, además de mejorar la eficiencia energética a escala global, se darían pasos importantes hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la consolidación del modelo de movilidad basado en vehículos híbridos y eléctricos. “Hemos creado un potente consorcio con equipos multidisciplinares especializados en física, química, ciencia de materiales e ingeniería que nos va a permitir aportar luz a las lagunas de conocimiento que existen todavía sobre la nanotriboelectricidad para poner soluciones en el mercado y poder desarrollar generadores de energía de un nuevo tipo”, ha asegurado Yaroslav Grosu líder del proyecto y responsable de la actividad de investigación de fenómenos interfaciales del área de almacenamiento térmico.
El consorcio de ELECTRO-INTRUSION desarrollará un método plenamente aplicable a una amplia gama de tecnologías, donde las vibraciones y el calor están disponibles en exceso. Entre los sectores con más potencialidad señalan el transporte por ferrocarril, la aviación, los diferentes dispositivos domésticos, o los sistemas de perforación, aunque el que cuenta con mayor capacidad de desarrollo en sus fases iniciales es la automoción. En este sentido, la etapa final del proyecto implica la fabricación de un prototipo para la validación de la solución propuesta en amortiguadores comerciales que, a futuro, mejorarán drásticamente el rendimiento de vehículos híbridos y eléctricos, ya que actualmente tiene gran margen de mejora.
El principio sobre el que se basa el proyecto se podía asimilar a una pequeña heat-pump donde, gracias a una superficie de nanoporos que no se mojan, se fuerza a un líquido a entrar y salir por el movimiento de vibración, produciéndose un calor que se puede almacenar. De esta manera, el proyecto aspira a combinar la intrusión de líquidos en materiales nanoscópicos no humectables, que permite la recolección de energía térmica del ambiente, con el efecto triboeléctrico, fenómeno por el cual dos cuerpos que se frotan se electrizan. El uso de nanomateriales permite maximizar la interfaz sólido-líquido y, por lo tanto, maximizar la eficiencia de esta nanotecnología.
La obtención de este tipo de materiales abriría la puerta a su integración en electrodomésticos de uso común, por ejemplo, de forma que estos aparatos podrían acumular la energía que hoy se pierde y volver a utilizarla en forma de electricidad. No obstante, la línea de trabajo del proyecto se enfocará especialmente en el desarrollo de un prototipo aplicable a la automoción.
Además de CIC energiGUNE, forman parte de este consorcio Tenneco Monroe Research Innovation (división de Ermua-Bizkaia), la Universitá degli Studi di Ferrara (Italia), la Universidad de Silesia en Katowice (Polonia), la Universidad tecnológica Nacional de Ucrania y la Universidad de Birmingham (Reino Unido).
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