Europa se ha planteado una ambiciosa estrategia de neutralidad climática en la que el hidrógeno de origen renovable tiene un relevante papel y que está propiciando el desarrollo de iniciativas asociadas a distintas moléculas verdes, como el amoniaco, metanol, carriers orgánicos, SAF o dimetiléter, entre otras.
La futura rentabilidad del hidrógeno verde es aún es incierta, ya que la demanda está en fase de desarrollo. En cualquier caso y, en parte, debido a esta evolución de la demanda, se está produciendo un progresivo desarrollo de todos los carriers y avances en la convergencia en competitividad. Para alcanzar dicha competitividad, se están buscando todas las sinergias posibles para traccionar los primeros proyectos, entre las que destacan:
Por estas razones, los puertos serán importantes para el despliegue del hidrógeno verde. Muchos cuentan con la infraestructura que los convierten en ubicaciones privilegiadas para la recepción y almacenamiento de hidrógeno, así como para su distribución. Parte de estas infraestructuras no obstante deberán adaptarse, siendo dicha evolución un elemento crítico para la rentabilidad de las cadenas de valor del hidrógeno. Hablamos de la adecuación, despliegue o modernización de muelles de carga o vías ferroviarias, de despliegue de plataformas marinas flotantes…
Existen ejemplos que demuestran que este papel protagonista ya se está concretando en acuerdos y planes de colaboración entre puertos. Por ejemplo, en el caso de los de Bilbao y Ámsterdam, estos anunciaron a finales de 2023 un memorando de entendimiento para explorar el desarrollo de un corredor intraeuropeo para el hidrógeno renovable que conecte España, Países Bajos y Alemania.
Estamos atestiguando, por tanto, el desarrollo de nuevos polos energéticos en torno a los puertos. Un modelo que puede ser económicamente viable, a diferencia de otras localizaciones donde el consumo es más intensivo, pero donde actualmente no es posible la generación eficiente de hidrógeno a escala.
Los puertos y la descarbonización de la economía, más allá del hidrógeno
En los últimos meses, hemos conocido estrategias y proyectos para la integración de sistemas energéticos y la descarbonización de la economía global en las que los puertos juegan un papel fundamental, pero no solo en el ámbito del hidrógeno. En este sentido, destacan iniciativas como CO2next, en el puerto de Róterdam, una infraestructura crítica para la cadena de valor de la captura, almacenamiento y transporte de CO2 en el norte de Europa.
Actualmente en fase de diseño, servirá como terminal de acceso abierto para la recepción y entrega de CO2 líquido. De este modo, ofrecerá a las industrias regionales no conectadas a un gasoducto de CO2 una alternativa para el transporte y almacenamiento del carbono capturado, evitándolas tener que construir sus propias soluciones.
Este es solo un ejemplo más del papel determinante que los puertos pueden jugar en un futuro que demande mayores interconexiones entre industrias. Un futuro en el que debemos adaptarnos a demandas más exigentes en términos de sostenibilidad.
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